Mala señal para los trabajadores
La eliminación de la medida que protegía a los trabajadores de la masificación de los despidos a través del pago de la doble indemnización, constituye para la Central de Trabajadores de la Argentina una mala noticia, ya que es una iniciativa inconsulta que puede abrir cauce a un retroceso en materia social. Para el titular de la CTA, Hugo Yasky, “es verdad que han descendido los índices de desocupación. Pero no es menos cierto que hoy la emergencia social se expresa en la contingencia de la proliferación del trabajo precarizado. Esta medida nos enfrenta al riesgo de que, ante el abaratamiento de los despidos, se extienda una práctica empresaria que hoy se verifica en algunos sectores de alta rentabilidad y que consiste en el despido de personal con antigüedad y con convenio, para contratar en su reemplazo a personal más joven y fuera de convenio. Práctica que de extenderse, puede fortalecer la tendencia de la transferencia de empleos estables a empleos por vías de terceros”. La CTA reclamará al Ministerio de Trabajo “la constitución de un ámbito tripartito que proponga una red jurídica tendiente a evitar que la eliminación de la doble indemnización pueda ser el disparador de prácticas abusivas que signifiquen mayor deterioro de las condiciones que definen la calidad del empleo”. En una declaración de prensa suscripta por Yasky, la Central “reitera la necesidad de discutir integralmente, y no con medidas aisladas, una agenda social que tenga como prioridad nacional la reparación de los intereses de los trabajadores, que constituye el sector social que ha pagado los mayores costos desde la crisis económica del Cabe consignar que el presidente Néstor Kirchner firmó ayer el decreto 1224 por el cual se elimina el plus indemnizatorio en los despidos sin causa justificada, que había sido sancionada en el marco de la Ley de Emergencia Económica. Ojo con la tercerización Para Horacio Meguira, titular del Observatorio del Derecho Social de la CTA, “ya no quedan más dudas. Algunos venían trabajando bajo la suposición de que la denominada doble indemnización ya no tenía vigencia porque había caído en forma automática, una vez que la tasa de desempleo había descendido por debajo del 10 por ciento, pero estaban equivocados. Con la derogación, los empresarios lograron abaratar sus costos, quitándoles una protección a los trabajadores. El otro inconveniente es que puede profundizarse la tendencia negativa que se inició durante la década pasada. Esa tendencia tiene que ver con la transferencia de puestos de empleo de calidad, que por lo general existen en las empresas grandes, hacia otras más chicas en las cuales se tercerizan los trabajos”. Meguira concluyó: “Ahora que la doble indemnización no existe más, las grandes compañías volverán a aprovechar el atajo para despedir personal y pasarlo a subsidiarias. Lo hacían durante la década pasada para abaratar sus costos y volverán a hacerlo ahora. La gente queda sin el marco de un convenio sindical, totalmente desprotegida, con los empresarios flexibilizando a su personal. Si en algún momento necesitan achicar la planta, lo hacen de una manera muy barata. Es por ese motivo que era tan importante mantener la doble indemnización. Se había constituido en una protección para los trabajadores ante la ofensiva de los empresarios, que vienen presionando por este tema desde hace varios años. El tema es relevante porque alrededor del 35 por ciento de los trabajadores en condiciones regulares se encontraban protegidos por la medida tomada en 2002. Son unos 2 millones de personas. Estamos frente a una mala noticia con consecuencias sociales”.
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