martes, agosto 07, 2007

Repudio a otra agresión a un periodista

Gustavo Cabrera, de Indymedia y La Conjura TV, fue golpeado cuando cubría el conflicto en Lavadero Virasoro.

La Comisión en Defensa de la Libertad de Expresión y del Trabajo Periodístico del Sindicato de Prensa Rosario repudia la agresión sufrida ayer por Gustavo Cabrera, del portal de noticias Indymedia y La Conjura TV. Según relató Cabrera ante esta Comisión, cuando se encontraba frente a la Jefatura de la Unidad Regional II filmando el conflicto de los trabajadores del Lavadero Virasoro, el dueño de la empresa -Jorge Guidetti- se dirigió hacia él y golpeó su cámara, lo cual le provocó lesiones en un ojo. El incidente fue denunciado judicialmente en el juzgado Correccional Nº 5 de los Tribunales provinciales.

Desde Indymedia (www.rosario.indymedia.org) y La Conjura TV advirtieron que esta agresión se produce en un contexto de hostilidad por parte de la patronal de Lavadero Virasoro hacia las coberturas periodísticas que vienen realizando sobre la huelga, iniciada por los trabajadores de la firma hace más de 40 días.

Según el relato de Cabrera, la cobertura de ayer comenzó alrededor de las cinco de la madrugada en la puerta de una de las plantas industriales, de Ovidio Lagos 4650, donde desde hace semanas los obreros desarrollan “un acampe”. Cuatro horas más tarde, el cronista se trasladó a la Jefatura de la UR II (en Ovidio Lagos 5250) ya que delegados sindicales pretendían dialogar allí con otro grupo de trabajadores que, acompañados por los dueños de la empresa, pedían protección a la policía para entrar a la planta.

Cabrera contó que estaba grabando imágenes del lugar y las conversaciones, cuando en determinado momento el dueño de Lavadero Virasoro -que se encontraba en la estación de servicio ubicada enfrente de Jefatura- se dirigió hacia él. El empresario, de apellido Guidetti, le dio un golpe a la cámara mientras expresaba “Dejá de filmarme”, lo que le produjo al cronista una lesión en el ojo. Luego, se retiró sin decir más.

El SPR repudia esta agresión ya que no sólo afecta la libertad de expresión del periodista que se encontraba trabajando en la cobertura del conflicto gremial, sino también el derecho a informarse de toda la comunidad. La información no es patrimonio de un grupo o sector que puede decidir qué se publica y de qué manera sino un bien social que pertenece a toda la ciudadanía. Los periodistas, insistimos, sólo son un nexo entre la información y el público.

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